Póquer, ajedréz y Wikileaks


El mundo cambió, y hay personas, organizaciones y gobiernos que están intentando impedirlo. Y la política es uno de esos aspectos que más está cambiando. Tenemos revoluciones hechas por ciudadanos no adscritos a ninguna corriente en particular; hay protestas autorganizadas, sin líderes; se escriben constituciones políticas en las que participan todos los ciudadanos, y todo esto, soportado en Internet. Las reglas del juego están cambiando y los políticos tradicionales ni se han dado cuenta de ello. Al contrario, algunos intentan pararlo y llegan hasta el uso de la fuerza en su desesperación.

La política se ha vuelto transparente, no gracias a sus actores de siempre, sino a nuevos. ¿En que consiste esa transparencia, en especial en algo que siempre ha sido turbio como la política? Lo explicaré con dos juegos: El póquer y al ajedrez. Los dos juegos tienen un carácter esencialmente distinto.

En el póquer, los contrincantes no pueden ver lo que tiene el otro, en ese sentido es turbio. Por ello, la estrategia en éste juego se basa en adivinar las cartas del otro y ocultar las propias. También, la repartición de cartas es aleatoria, dependiendo del azar pueden tocar buenas o malas cartas.

Por su parte, en el ajedrez todos los movimientos son visibles para el contrincante, es un juego transparente. Aquí la estrategia no es básicamente adivinar y ocultar, sino usar la inteligencia. De acuerdo a las jugadas de mi adversario requiero hacer mejores. En el ajedrez no me tocan ni buenas, ni malas cartas, porque el juego está balanceado desde el principio, todos tienen las mismas piezas en posiciones simétricas. El azar no interviene y sólo gana el jugador más inteligente.

La antigua política se basa más en la estrategia del póquer, se ocultan las cartas y se trata de adivinar las del contrario. Por ello se tienen muchos documentos de alto secreto y el juego de los espías consiste en obtener esos secretos. Es una política turbia. Esto explica la percepción que tiene el ciudadano medio de la política, él no sabe que está pasando realmente en ella. Y esto alimenta la idea de corrupción.

Pero cada vez sabemos más que hacen los políticos y los gobiernos. Y esto gracias a Internet y particularmente a proyectos como Wikileaks que nos empiezan a revelar, quitar el velo, de como funciona la política realmente. Y la percepción de corrupción resulta ser cierta. Por ejemplo, en las filtraciones se ve que grandes potencias mundiales espían a países que se suponen son sus aliados. También se evidencia que se toman decisiones que dependen de intereses que no están alineados con los de la población. Se firman tratados secretos, como ACTA, que protegen a las grandes empresas del entretenimiento, aún en detrimento de sus ciudadanos.

El mundo de la política mundial comienza a ser más transparente. Se parece más a un ajedrez en donde todos podemos ver las jugadas que hacen todos. La función de veeduria ciudadana comienza a ser una realidad. Claro, los políticos acostumbrados al viejo estilo se chocan con éste nuevo estado de las cosas.

¿Y que hace un jugador de póquer con poder al que la han obligado a jugar ajedrez? Pues trata de cambiar el juego para que se parezca al póquer. ¿Cómo la hace? Pues como tiene poder, mediante el ejercicio de ese poder. Sacando leyes para que el reparto de piezas sea aleatorio, también para que las jugadas no puedan saberse de antemano. Haciendo que el ajedrez se vuelva turbio.

Pero leyes artificiales al sistema no funcionan, por que la naturaleza misma de Internet es la transparencia. Entonces, usan otras de las características del poder, la fuerza. Por ejemplo, al declarar a las personas u organizaciones que estań volviendo transparente la política, como traidores y promulgando leyes con pena de muerte.

También el desprestigio es usado. Tildan al líder Wikileaks de traidor y de poner en riesgo la seguridad nacional. Ponen ordenes de captura a nivel internacional, mecanismo reservado para los grandes criminales y terroristas, sólo por un delito sexual de tipo leve. También crean leyes para parar casos como los de Wikileaks, como la ley de «Inteligencia y contra Inteligencia».

Pero la tendencia es imparable. estamos al inicio de un nuevo mundo y yo por mi parte prefiero vivir en un mundo transparente y no turbio ¿Y usted?

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Póquer, ajedréz y Wikileaks by Luis Alejandro Bernal Romero, Aztlek is licensed under a Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 Unported License.

Comments
6 Responses to “Póquer, ajedréz y Wikileaks”
  1. Yo prefiero un mundo transparente, pero es cierto que hace falta adaptarse a ello. En muchas ocasiones he hablado con amigos de «Si no quieres que algo se sepa, mejor no lo hagas». Puede ser fácil decirlo, pero en la práctica hay mil detalles que te chocan y sin darte cuenta terminas tratando de convertir en poker al ajedrez.

    ¿Estamos preparados para llegar a la transparencia?

  2. u3dd dice:

    Entre la máquina de escribir, el poker y el ajedréz, qué prefieres escoger? … Responde aquella mujer: » …La cosa que más me inclina, aunque no sea tan divina, es mi máquina de moler. » Ahh bellos tiempos de ignorancia!

    (estoy parodiando un poema de las mil y una noches – creo, porque no conozco al autor).
    Tiene el señor aztlek un blog con sus escritos? Me gustaría seguirlo en este tema)

  3. No creo que estemos ante la escogencia de un juego por otro, sino ante el cambio en la proporción de cuanto se juega de cada uno. El argumento de que los secretos de Estado no pueden ser revelados, no impide preguntarnos, qué es lo que nos han ocultado, cuando se supone que a este le hemos dado poder para que obre en beneficio de todos y todas. Esto implica una participación más proactiva en política de nosotros. Somos criatura políticas tanto como sociales, el cambio en la proporción de juegos no quiere decir que deba desaparecer las cartas que no están sobre la mesa, pero si que disminuya el número de ellas y que sea un número mayor de personas las que jueguen ambos juegos y tomen decisiones en qué se oculta y qué se muestra.

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